Se le conoce por muchos nombres: Enfermedad Infecciosa de la Bolsa, Enfermedad de Bursitis Infecciosa (IBD, por sus siglas en inglés) o, de forma más común, Enfermedad de Gumboro. Lo cierto es que, sin importar el nombre, se trata de una afección
Debido a su distribución mundial, su naturaleza altamente contagiosa, así como a su condición inmunosupresora, la IBD es una enfermedad importante para la industria avícola y por ello resulta indispensable contar con información completa sobre ella y su prevención.
En este artículo te hablaremos a fondo sobre esta afección, así como su patogénesis, transmisión, sus signos clínicos y la importancia de la inmunización para la prevención.
Etiología
El virus que causa la Enfermedad de Gumboro se trata de un pequeño virus ARN de doble cadena “sin envoltura” perteneciente al género Avibirnavirus de la familia Birnaviridae. Es muy resistente al medio ambiente; ha demostrado soportar temperaturas altas, así como la mayoría de los desinfectantes comunes. Sobrevive en el entorno de una caseta de pollos por periodos extensos de tiempo.
Se tienen identificados dos serotipos del virus que provoca la enfermedad:
- El serotipo 1 provoca infecciones patógenas en pollos únicamente;
- las cepas pertenecientes al serotipo 2 no son patogénicos.
- No existe inmunidad cruzada entre ambos serotipos.
Por otro lado, se distinguen cuatro patotipos del virus de la Enfermedad de Gumboro y se clasifican según su virulencia:
- Cepas de campo suaves y cepas vacunales: A pesar de que no causan mortalidad o signos clínicos, pueden provocar daños en la Bolsa de Fabricio, un órgano linfoide primario de las aves que cumple con la función de la hematopoyesis y la maduración de linfocitos B, dependiendo de la virulencia del virus.
- Cepas clásicas: Pueden causar tasas de mortalidad menores a 20%, así como lesiones en la Bolsa. Son capaces de atravesar niveles moderados de inmunidad maternal o pasiva.
- Cepas hiper virulentas: Provocan mortalidad severa, por encima del 20%. Tienen la capacidad de atravesar niveles más elevados de inmunidad pasiva que las cepas clásicas.
- Cepas variantes: Las cepas variantes pueden atravesar niveles más altos de inmunidad maternal que las cepas clásicas, causando una infección temprana con atrofia severa de la Bolsa de Fabricio, lo cual resulta en inmunosupresión. Su mortalidad es de menos del 5%.
Diseminación del virus
Como adelantamos, el virus de la IBD es sumamente contagioso y altamente resistente a las condiciones normales de las casetas de las aves. Su transmisión no es vertical; es decir, no pasa de las madres a los pollitos a través del huevo. Se trata de una diseminación horizontal provocada por heces o equipo contaminado. También se puede contagiar a través de vectores mecánicos, por ejemplo insectos como Alphitobius diaperinus.
Impacto económico de la Enfermedad de Gumboro
Además de la mortalidad y las lesiones que la Enfermedad de Gumboro puede provocar en las parvadas, el impacto económico indirecto se relaciona con las infecciones secundarias, retraso del crecimiento y las deficiencias nutricionales.
Sin embargo, el principal impacto económico negativo que tiene la enfermedad es la pérdida en la producción. En un estudio realizado durante cinco años en granjas de Saskatchewan, Canadá concluyó que en promedio la Enfermedad de Gumboro provoca pérdidas de 3.9 millones de kilogramos de producción cárnica al año.
Signos clínicos
La severidad de los signos clínicos y las lesiones que la Enfermedad de Gumboro puede provocar dependen de la virulencia, así como del tipo de ave (ponedoras o de carne) y del estatus inmune del ave afectada.
De forma general, se distinguen dos cuadros clínicos:
- Infección aguda clínica
- Infección subclínica
Infección aguda clínica
Este tipo de infección se caracteriza por el rápido desarrollo de la enfermedad. Las aves con infección aguda clínica están deprimidas, presentan plumas erizadas y aparecen picoteadas.
La mortalidad en estos casos se empieza a manifestar a los 3 días posteriores a la infección y alcanza su pico, para posteriormente bajar, luego de 5 a 7 días. Puede ser baja o tan alta como 90% en casos de cepas muy virulentas; comúnmente el porcentaje promedio es de 10 al 20%.
La infección aguda clínica provoca lesiones hemorrágicas en los músculos pectorales y en los muslos. De igual forma, se observan hemorragias y erosiones en la unión del proventrículo y la molleja.
En cuanto a las lesiones en la Bolsa de Fabricio, órgano diana de esta enfermedad, estas dependen de la evolución de la enfermedad. A continuación te mostramos una tabla con los cambios esperados en el tamaño, peso y morfología de la Bolsa de Fabricio.
Infección subclínica
Este tipo de infección sucede en aves expuestas al virus de la Enfermedad de Gumboro durante sus 2 primeras semanas de vida que cuenten con suficiente inmunidad maternal o pasiva en el momento de la infección para así prevenir la manifestación de la enfermedad clínica, no así la replicación del virus en la Bolsa.
Tiene como característica atrofiar la Bolsa de Fabricio e inmunosupresión, lo que resulta en un aumento en la susceptibilidad a infecciones secundarias, como E. coli.
Contrario a la infección aguda clínica, este tipo no manifiesta un pico en la mortalidad, serán las infecciones secundarias las que provoquen un aumento en la tasa estándar de mortalidad diaria y una mala conversión alimenticia.
Como consecuencia de la inmunosupresión, puede existir una mala respuesta a vacunaciones posteriores.
Control de la Enfermedad de Gumboro
Por su presencia casi ubicua a nivel mundial, así como por la naturaleza resistente del virus, la prevención y control de la Enfermedad de Gumboro requiere de medidas estrictas de prevención como estrategias adecuadas de bioseguridad e higiene, así como un programa adecuado de vacunación.
Como una de las principales barreras de defensa contra la Enfermedad de Gumboro está la inmunización de los grupos de aves reproductoras. Esto ayudará al control efectivo, pues así su progenie contará con altos niveles de anticuerpos maternos neutralizantes, previo a cualquier programa de vacunación. La inmunidad materna o pasiva, como también es conocida, puede proteger a la progenie contra infecciones tempranas del sistema inmunológico.
La inmunidad pasiva sólo servirá como protección cuando tenga niveles suficientemente altos. Cabe destacar que la presencia de anticuerpos va decreciendo con el paso del tiempo debido al metabolismo, por lo que aproximadamente entre las 2 a 3 semanas de vida aumenta la susceptibilidad a una infección.
Por lo anterior, si bien la inmunidad materna es buena para proteger a los pollos recién nacidos, más adelante esta debe complementarse con una protección temprana y adecuada que sólo la vacunación puede otorgar.
Vacunación contra la Enfermedad de Gumboro
En la avicultura se usan dos tipos de vacuna contra la Enfermedad de Gumboro:
- Vacuna inactivada
Se constituyen por microorganismos que preservan la apariencia externa natural del agente infeccioso, pero sin su capacidad de dividirse. Las vacunas que tienen como base virus inactivados se procesan en aceite y se les conoce como vacunas emulsionadas inactivadas.
Este tipo de vacunas estimulan una alta producción de anticuerpos que se conservan por periodos prolongados. Se utilizan comúnmente para inmunizar parvadas de reproductoras y pueden elaborarse con cepas clásicas y variantes del virus.
Vacunas vivas, atenuadas o modificadas:
Estas son producidas al manipularse el agente infeccioso, para no causar la enfermedad, pero manteniendo su apariencia antigénica. Se limita la capacidad de multiplicación en el ave, lo que permite al sistema inmune el tiempo para conformar una respuesta ante él.
Existen tres grupos de vacunas vivas, clasificados por su capacidad de atravesar la inmunidad materna:
1) Suaves: Cepas altamente atenuadas que atraviesan niveles muy bajos de inmunidad materna.
2) Intermedias: Cepas atenuadas que atraviesan niveles medios (<6 log2) de inmunidad pasiva.
3) Intermedias plus / Calientes: Cepas atenuadas que atraviesan niveles considerables (<8 log2 VN) de inmunidad pasiva.
Desarrollos innovadores en el campo de las vacunas contra la Enfermedad de Gumboro han dado como resultado dos nuevos tipos de vacunas:
- Vacunas de complejos virus-anticuerpos
Inmunoglobulinas específicas al virus usado en la vacuna se mezclan con el virus vacunal. Esto resulta en un complejo inmune de virus-anticuerpos. La cantidad de anticuerpos en el complejo es tan pequeña que no se añade a la inmunidad pasiva o neutraliza el virus. Sin embargo, la cantidad es suficiente para retrasar la replicación del virus y así permitir la administración de cepas vacunales moderadamente atenuadas.
Vacunas HVT recombinantes
Las vacunas recombinantes tienen como concepto el insertar genes de epítopes inmunogénicos críticos de un agente infeccioso (en este caso, la Enfermedad de Gumboro) en genes no esenciales de un vector (HVT o virus herpes del pavo, por sus siglas en inglés). Entonces, la vacunación recombinante resulta en la inmunización tanto contra el vector como contra los epítopes del agente infeccioso.
Este tipo de vacunas han demostrado excelentes resultados en temas de seguridad y eficacia en campo. Diversas vacunas han sido bien aceptadas y son usadas con frecuencia en la industria avícola.
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